jeudi 10 février 2011

Lanzan libro que rescata memoria mapuche-tehuelche en Patagonia


Después de 15 años de trabajo con comunidades mapuches tehuelches de Chubut (Puelmapu), la antropóloga argentina Ana Ramos convirtió en libro un capítulo de su tesis de doctorado. Una visión insoslayable sobre las trayectorias que tuvieron como escenario forzado el noroeste patagónico.

POR ADRIÁN MOYANO

Fuente: Azkintuwe

La Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA) publicó “Los pliegues del linaje. Memorias y políticas mapuches-tehuelches en contextos de desplazamiento”, libro que tiene como autora a la antropóloga Ana Ramos. La investigadora se desempeña para el CONICET y es docente en la Sede Andina de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) desde su apertura. Sus estudios hacen foco en costados dramáticos de la historia de la Patagonia que todavía hoy, piden a gritos su esclarecimiento y difusión.

Vecina de Bariloche desde que abrió sus puertas la nueva casa de estudios, la investigadora explicó que el volumen “empieza a ser pensado más o menos en 1995, cuando empiezo el trabajo de campo en Cushamen, porque el libro trata sobre Colonia Cushamen, en la provincia de Chubut, aunque está centrado ahí para contar una historia más general. Muchas de las conversaciones que transcribo son de esos primeros años, pero fue un largo proceso llegar a esta idea de los pliegues del linaje y al modo como quería contar estas historias. Recién 10 años después con la tesis de doctorado, se empezó a gestar la idea de Los pliegues del linaje”.

Pocas veces con tan pocas palabras, se pueden incluir tantos conceptos. “La idea de pliegues es de un autor, que la trabaja tomando algunos filósofos. Yo la retomo desde el lugar que llamo pliegues del linaje, porque tiene que ver con cuestiones diferentes. Por un lado, es un modo distinto de contar la historia en este sentido: darle muchísima importancia a lo que es la perspectiva del otro, o sea es una historia contada desde la memoria, desde la forma en que las personas recuerdan... Y la idea de pliegue hace pensar en una memoria que fue transmitida de generación en generación y oralmente, pero en contextos de represión y de des-estructuración de las familias mapuches y tehuelches”.

Ramos trajo a colación que “hay un concepto que es la memoria humillada: esa memoria que se decide no contar de padres a hijos para evitar discriminación... Entonces, en ese contexto que se transmite la memoria, ésta se suele recibir fragmentada, aparentemente desconectada. Inclusive, no exclusivamente en forma oral, porque se puede transmitir a partir de expresiones corporales, rituales o frases aisladas. Inclusive de silencios, de llantos, de tristezas... La memoria se transmite a partir de un montón de fragmentos diferentes y la idea de pliegues hace énfasis en la posibilidad de conectar”.

Una búsqueda

Después de 15 años de trabajo en conjunto con la gente “lo que uno va viendo, sobre todo en los últimos tiempos, en los más jóvenes que buscan su identidad o inclusive en los más ancianos que quieren conocer la historia y comprender procesos, es una búsqueda por conectar esos fragmentos... Entonces, la idea de pliegues es una conciencia histórica, un marco de interpretación sobre la historia para tratar sobre estas conexiones... Conexiones del pasado hechas desde el presente. Esa sería la metáfora general. Y obviamente, al ser los pliegues del linaje, también está hablando de relaciones sociales, está discutiendo y reformulando nociones de parentesco”, señaló la antropóloga.

A través de sus páginas, “el libro se centra en un conflicto específico que ocurre en Cushamen. En los momentos de conflicto, todo esto de las memorias, las discusiones, los marcos desde donde se discute, los argumentos, los conocimientos y lo que aparentemente estaría olvidado, sale a flote. En la crisis se discute, entonces para discutir, se retoman todas estas cuestiones. Parto de un conflicto específico, un conflicto por el camaruco y a partir de ahí, voy viendo estas diferentes aristas: las historias tristes, por un lado; las historias de lucha, que se engloban como las historias de andanza... Porque es un libro de camino, empieza con una frase del cacique Florentino Nahuelquir, que en un discurso en 1992, decía: Nuestros pies están encallecidos por los largos caminos que nos ha tocado recorrer... Esa también es la postura del libro, lo que van articulando y rearmando estos pliegues son historias de desplazamiento, de itinerarios, de cómo los grupos se van conformando, se van separando y se van reuniendo en otros”.

La cercanía de la antropóloga con diversas expresiones del pueblo mapuche, hizo que los conceptos que volcara en “Los pliegues del linaje” se expresaran antes en los estrados judiciales que en la publicación de EUDEBA. “Parte de lo que había escrito para este libro es lo que utilicé como testigo en el juicio de Benetton, pensando en ese conflicto en particular. Estaba en discusión si una familia mapuche pertenecía o no a ese territorio específico, que era el lote Santa Rosa, el que estaba en discusión. El argumento con el cual se discutía a esta familia y se la veía como ilegal en ese juicio era que esta comunidad había llegado tardíamente a ese lugar. Que eran inmigrantes de una provincia a otra, en el mejor de los casos, o de un país a otro, es decir, de Chile a Argentina... También se decía que la Compañía de Tierras del Sud Argentinos había estado antes... Entonces, cómo discutir eso”.

Para Ana Ramos, conflictos de ese espesor “no se pueden discutir en el marco temporal de un expediente ni en el marco temporal de los documentos. Entonces, ahí uno estaría introduciendo la idea de pliegue del linaje, toda esa profundidad histórica... ¿Dónde estaban, por ejemplo, las familias que eran parte de ese territorio en momentos en que la Compañía de Tierras del Sud adquiría esas tierras? Justamente, estaban en Chichinales, en un campo de concentración, prisioneros... Entonces, entender todos esos procesos, de dónde vienen, cómo se juntan, quiénes son... La introducción del libro empieza con eso: se dice que Atilio y Rosa, la familia mapuche del conflicto con Benetton, no tienen relación con el pueblo mapuche del lugar... Al terminar el libro, uno ve que sí, que todas estas familias están relacionadas entre sí y también con el espacio”. Una contribución central.

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