El gobernador demócrata del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, prohibió de manera definitiva la práctica de la fracturación hidráulica –o fracking– en su jurisdicción por los “impactos potenciales sobre el agua, el aire, los recursos terrestres, los servicios comunitarios y locales”.
Esto sucede, mientras en países como Argentina, en lugares donde existe una alta crisis hídrica, que incluye diversos sectores del territorio ancestral Mapuche, el estado argentino, estados federales y empresas transnacionales, promueven las prácticas del fracking con sendos proyectos atentatorios.
A continuación extendemos nota publicada por el diario Proceso de México.
PROCESO / http://www.proceso.com.mx/?p=390942
Foto: Tomada de Facebook.
MÉXICO, D.F. (apro).- El gobernador demócrata del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, prohibió de manera definitiva la práctica de la fracturación hidráulica –o fracking– en su jurisdicción por los “impactos potenciales sobre el agua, el aire, los recursos terrestres, los servicios comunitarios y locales”, según publicó en las redes sociales.
Dicho método consiste en introducir en el suelo, bajo alta presión, una mezcla de agua con productos químicos para liberar el petróleo y los gases atrapados en las rocas profundas.
El secretario de Salud de Nueva York, Howard Zucker, entregó este miércoles un informe de 184 páginas en el que alertó sobre la existencia de “riesgos significativos en términos de salud pública” ligados al fracking, y señaló que no hay pruebas suficientes para aseverar que ese método resulta seguro a largo plazo.
Entre otros hallazgos, el informe advierte que la liberación de partículas y químicos volátiles podría generar impactos en la calidad del aire, mientras el escape de metano u otros componentes aceleraría el cambio climático.
De igual manera, señala que la introducción de químicos en el subsuelo conlleva el riesgo de contaminar el agua corriente y superficial, además de provocar sismos. La fracturación también implica la posibilidad de que ocurran derrames de petróleo que dañarían las tierras aledañas a los pozos.
La adopción del método de la fracturación hidráulica, subraya, tendría consecuencias comunitarias, ya que fomentaría una urbanización brusca y no planeada en zonas poco pobladas, e incrementará el tráfico vehicular, los daños a las infraestructuras, el ruido o la creciente demanda de viviendas.
“No podemos permitirnos cometer un error”, planteó Zucker ante los medios, al agregar que “los riesgos potenciales están demasiado elevados. De hecho, ni siquiera los conocemos”, apuntó.
Para justificar su decisión de cerrar el debate sobre la fracturación hidráulica, bajo moratoria en el estado desde hace cinco años, el gobernador explicó que “mientras existan estudios que encuentren riesgos de salud, se elevan muchas banderas rojas y preguntas que aún implican respuestas”.
Ante el desvanecimiento del potencial negocio que representaba el estado de Nueva York, los grupos con intereses petroleros reaccionaron con vehemencia y, como de costumbre, acusaron al gobernador de desdeñar los empleos que generaría la fracturación hidráulica.
El Instituto Americano del Petróleo publicó un comunicado en el que lamenta la decisión de Cuomo, quien –asevera– encamina a Nueva York “hacia un rumbo incorrecto”.
Según los petroleros, la prohibición “representa una oportunidad fracasada de compartir el renacimiento de la energía estadunidense y para la prosperidad futura de Nueva York”.
De su lado, la organización Alianza Mexicana contra el Fracking saludó la decisión del gobernador neoyorquino e urgió al gobierno mexicano a seguir su ejemplo.
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