En el año 1992, inicio su funcionamiento el Vertedero Municipal Boyeco. En él, y hasta la fecha, se depositan los residuos sólidos de las comunas de Temuco y Padre las Casas. Dicha instalación está ubicada en el kilómetro 16 (camino a Chol-Chol) de la capital regional. Es un terreno de 18hc/48hc que recibe cerca de 10 mil toneladas de basura por mes, siendo el más grande de la IX región.
La gran mayoría de los recintos de vertederos en la Araucanía, que se ubica mayoritariamente en suelos de comunidades Mapuche, incluido Boyeco, presentan una serie de deficiencias en el tratamiento de los residuos en materia de: compactación, relleno, aislamiento de percolados, seguridad y protección y garantía de los derechos de los habitantes del lugar.
El vertedero en el sector de Boyeco se instaló y sigue funcionando a poco más de 100 metros de una escuela pública, y también la afectación de dos esteros (Cuzaco Pelahuen y Tromen) de vital importancia para el sector. Además, en las cercanías del sector se encuentran lugares ancestrales para la cultura mapuche, a la cual pertenecen la gran mayoría de sus pobladores.
La existencia del basural afectó toda la vida social, cultural, económica y ambiental del territorio, quienes además, han debido soportar la existencia de una serie de micro basurales ilegales en el sector, en diversos caminos colindantes de las comunidades, sumándose situaciones de inseguridad por el descontrol de población flotante afuerina, jaurías de perros y los constantes malos olores en el sector.
Durante años, cientos de familias han tenido que vivir al lado de la basura, de la contaminación y destrucción de sus espacios de vida cuestión que no ha sido prioridad para autoridades ni instituciones. Justamente estas familias han tenido que cargar por todos estos años con el pisoteo, la imposición, el estigma, las enfermedades, la negación y el abandono por parte de todo el aparato público del estado chileno, independiente de quién esté gobernando, ya sea en términos locales, regional o nacional, existiendo una deficiente política de re ordenamiento territorial en estas materias, donde se hace indispensable el involucramiento activo e integral de estas instituciones, con diversos servicios competentes y municipio y que involucre además, medidas de tratamiento, reparaciones e iniciativas efectivas sobre disminución real de recintos y de residuos en la región.
El caso del centro de salud construido al lado del vertedero
El 16 de abril del año 2010 fue inaugurado el “Centro de Salud Docente Asistencial Boyeco”, a metros del basural, y allí estuvieron autoridades públicas como el Alcalde Miguel Becker (RN), el diputado Germán Becker (RN), el diputado René Saffirio (ex alcalde de Temuco - DC), responsables políticos, junto a otras personalidades de coaliciones de la alianza por Chile y concertación (Hoy nueva Mayoría), del funcionamiento del vertedero al lado de comunidades Mapuche.
En sus 1.500 m2 de edificación, se señalaba que cuenta con sectores de atención de usuarios, de servicios, áreas docentes, atención intercultural y salas docentes profesionales. “Los usuarios reciben prestaciones médicas, kinesiológicas, dentales, nutricionales, de matronas, farmacia, asistencia social, visitas domiciliarias, tomas de muestra, entrega de leche, procedimientos como curaciones e inyecciones, entre otras prestaciones”, se vociferaba al momento de su inauguración.
El centro de salud, fue posible por el aporte de mil 500 millones de pesos de la Fundación Los Cedros, que, según trascendió hace algunos años, involucró el aporte del fallecido sacerdote Sergio Valech, cuyos bienes buscaban ir en beneficio de comunidades mapuche afectadas por la instalación del vertedero de basuras en su territorio, sin embargo, autoridades públicas, con la participación de la Universidad de la Frontera, no hallaron mejor cosa que instalarlo al lado del vertedero y lo peor, sin asumir ninguna acción concreta para estudios y análisis epidemiológicos que permitan precisar la situación real en salud de la población a causa de este basural.
Andrés Cuyul, especialista en salud pública Mapuche, quien ha sido consultor de la Unicef en Argentina, asesor en salud y pueblos indígenas y miembro de la Cátedra de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, señaló sobre la existencia de este centro de salud al lado del vertedero: “En la Araucanía, la persistencia del basural a cielo abierto emplazado en las comunidades mapuche del sector Boyeko es paradigmático en el sentido de obviar la determinación social de la salud de las comunidades mapuche, toda vez que el sistema de salud municipal junto con la Universidad de la Frontera lejos de promover la erradicación del vertedero que ha funcionado por más de 20 años afectando la salud integral de las familias de las comunidades aledañas, decidan instalar como compensación un Centro de Salud en Boyeko con atención intercultural .
De hecho, no está en los objetivos del “centro de salud intercultural” el estudiar, evidenciar y tratar el daño actual, generacional y posterior que ha producido, afecta y afectará en las familias el funcionamiento del vertedero. Son conocidos los efectos de los vertederos como la contaminación de las aguas superficiales (esteros) y napas subterráneas (pozos de agua) por filtración lixiviados sin tratar producto del depósito de la basura (estos líquidos contienen compuestos tóxicos y cancerígenos), malos olores, muerte de ganado menor, plagas de vectores como ratones y moscas. A esto se suma la progresiva “muerte social” de la comunidad y estigmatización de las familias aledañas al vertedero, la imposibilidad de vender sus productos como hortalizas, los conflictos internos que desata por la oposición o acuerdo con el funcionamiento del vertedero y los eventuales beneficios económicos derivados de la basura, etc.”
En este último tiempo, la Municipalidad de Temuco viene impulsando algunas iniciativas esporádicas tendientes a “reciclar” algunos residuos como neumáticos y artículos de computadoras denominadas “Reciclatón” y a su vez, sin que se hayan dado a conocer públicamente, instancias de salud pública y la Universidad de la Frontera, han realizado monitoreo de aguas, las que habrían sido señaladas como “dentro de la norma”, sin embargo, no se han realizado sobre materiales pesados ni tampoco con análisis independientes. En definitiva, ninguna institución pública está asumiendo los graves problemas de fondo por los que atraviesa el territorio de Boyeco.
Cabe mencionar que un 20 % de la superficie de la llamada Novena Región está en posesión Mapuche. Un 30 % de la población regional tendría auto identificación Mapuche, con un devenir histórico de desplazamiento, migración, usurpación, reduccionamiento y discriminación y hoy, en esas pocas tierras más del 60 % aproximado de los recintos de vertederos se ubican en suelo Mapuche. Son más de 50 las comunidades que están directamente sufriendo los embates de descontrolados y nocivos recintos de basura, lo que involucraría a unas 700 familias, que en relación a personas, ascendería a más de 3.000 directamente afectadas. A esto, se debe agregar la situación de una importante cantidad de campesinos chilenos/as de escasos recursos, que en el universo regional, correspondería a más del 30 % aproximado del total de los afectados que reciben más de 20 mil toneladas mensuales de basura absolutamente descontrolada.
Ante el Comité de eliminación de eliminación de discriminación racial de la ONU se llevó hace algunos años una denuncia por “racismo ambiental”, la que fue acogida y extendió una serie de preguntas y recomendaciones al estado chileno, sin embargo, el racismo y discriminación en materia de vertederos en suelo de comunidades Mapuche persiste.
a.s / mapuexpress.org
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