mercredi 9 octobre 2013

Neuquinos y neuquinas: ¡al sacrificio se ha dicho!

Como si fuera el pedido de un ser superior, en Neuquén entregan nuestra sangre para saciar la sed de los dioses. Siempre nos ofrecen en bandeja a los mismos, y siempre son los mismos quienes justifican ese acto. Hidrofractura es el nuevo nombre de una vieja y agotada divinidad que exige sacrificios, esta vez en nombre del “autoabastecimiento”

bayou corne

Por: Kvrvf Nawel / 8300

Imagen: Bayou Corne, al sur del estado de Luisiana (EEUU). Cinco mil metros cuadrados de superficie se “hundieron”. Allí se utilizó la técnica de hidrofractura.

Cuenta la memoria oral mapuce que, para salvarse de las balas del Remington durante la persecución del ejército argentino, las familias mapuce cruzaron uno de los ríos de la actual Confluencia del valle. “Nvwken” gritaban mujeres y hombres originarios para indicar que debían aferrarse de los brazos unos a otros y así cruzar el correntoso río sin ser arrastrados a las profundidades. “Neuquén” fue lo que escucharon los soldados de las tropas argentinas.

“Neuquén es una provincia petrolera”, así lo definieron los sucesivos gobiernos del partido gobernante Movimiento Popular Neuquino (MPN) que piensan, duermen, sueñan y hacen vivir a toda la población neuquina girando alrededor de éste recurso. Cinco décadas con el mismo partido en el poder se llama “democracia” y, como el viento o la lluvia, parece “natural” que elección tras elección triunfen las tres letras.

Entretanto, los hospitales públicos se desangran, la educación pública es descuartizada; la violencia policial aumenta como el pan y las verduras. La televisión neuquina no habla de la violencia política, aunque viva de ella, en cambio, dedica su esfuerzo a condenar a los que se rebelan contra el “orden establecido”. Los derechos se convierten en lujos de unos poquitos. Pero eso sí, “Neuquén es un provincia petrolera”, lo que el “orden establecido” traduce como “Neuquén es un paraíso”.

Primeros Sacrificios del Paraíso

Loma la Lata, situado en la cuenca neuquina, es el yacimiento de gas más grande de Sudamérica. Y significó la salvación de la petrolera española Repsol, al punto de servirle como trampolín para instalarse en países latinoamericanos, algo que antes le hubiese resultado imposible. En efecto, a fines de los ochenta Repsol tocaba fondo y el último manotazo lo dio en Argentina, cuando en 1992 compra por una suma irrisoria la petrolera estatal YPF. Las divisas de la compañía española se multiplicaron con creces, como se multiplicaron los petroleros despedidos tras la privatización. También se múltiplo el poder de la petrolera y su influencia en los gobernantes de turno al mismo tiempo que aumentaba la contaminación en territorio mapuce.

Plantas, aire, napas subterráneas y suelo contaminado por la explotación irracional de hidrocarburos convencionales fue lo que arrojo un estudio elaborado en el año 1998 por la Confederación Mapuce de Neuquén junto a profesionales y expertos.Las consecuencias de esa contaminación son irreparables: plomo, arsénico, mercurio y metano son los metales pesados detectados en el organismo de las personas que habitan ancestralmente en Loma de la Lata. Jaquecas intensas, brotes y manchas de piel, pérdida de la visión, abortos repentinos, vómitos constantes, deformaciones en recién nacidos son algunos de los padecimientos a los que son sometidas las comunidades mapuce en nombre del “paraíso petrolero”La persona menos contaminada tiene 17 metales pesados en su sangre. Hoy agonizan en los hospitales varias mujeres del Lof Kaxipayiñ. Diagnostico médico: cáncer.

Cristina Lincopan tenía 30 años y 4 hijitos. La comunidad Gelay Ko confiaba en ella y la había designado Logko. Mientras luchaba contra la hidrofracura y se paraba frente a las gigantes petroleras, su cuerpo iba muriendo. Más de 300 pozos, piletas con desechos tóxicos a cielo abierto y mecheros quemando el exceso de minerales eran los vecinos que rodeaban su casa. Cristina se hizo tierra un 14 de marzo. Recién un año antes de morir, había dejado de tomar el agua que siempre bebió tras descubrir que estaba contaminada con metales pesados. El diagnostico médico: “hipertensión pulmonar”. Nadie fue condenado por éste crimen.

La gran confluencia neuquina es resultado de la unión de los ríos Neuquén y Limay, que abastecen de agua potable a media provincia. En los últimos años se registraron derrames de petróleo cada dos meses. La prensa minimiza el asunto, y lo que sería un crimen a la naturaleza se presenta como un accidente. El gobierno neuquino, en la voz de Ricardo Esquivel,promete duras sanciones a las empresas responsables de los derrames, pero del dicho al hecho nadie conoce el trecho.

El Paraíso en manos sucias

En 2012, la presidenta Cristina Fernández ordenó expropiar el 51% de las acciones financieras del matrimonio Repsol-YPF. Se presentaron dos argumentos para la estatización: la falta de inversión y el grave pasivo ambiental que provocó la compañía española. Los españoles se fueron con las valijas repletas y la bandera argentina flameó con una sola promesa: el autoabastecimiento.

Para lograr la soberanía energética, cuando la contradicción reina, aparece en escena Chevron. Prófuga de la Justicia ecuatoriana, condenada a pagar 19 mil millones de dólares por la masacre a la selva ecuatoriana, la petrolera yanqui ingresa al país por la alfombra roja y absuelta de culpa y cargo. Con una carta de intención, la compañía promete 1200 millones de dólares para el desarrollo del fracking en la zona de Vaca Muerta. El sanador es más peligroso que la enfermedad.

Añelo, un ejemplo en el paraíso

Casas rústicas, pozos petroleros, camiones cargados de crudo, cerros arcillosos, gigantes viñedos, caños interminables y ranchos precarios al margen de la ruta dan la bienvenida a la localidad que se ha convertido en un punto estratégico en la ruta del fracking.

Pero su historia no comienza ahora. Los pobladores de Añelo no pueden beber agua de las canillas. Solo un suicida o un turista ebrio bebería tranquilamente. El agua se ha transformado en veneno. La gran cantidad de químicos y tóxicos derivados de la explotación petrolera son conocidos por todos pero hablados por pocos.

Aunque viva en el corazón del yacimiento de hidrocarburos más importante del país, parece que la riqueza de Loma La Lata nunca llego a este pueblo que hoy festeja la hidrofractura como la única salvación para sus penas.

Tras el pacto entre YPF y Chevron, el gobierno neuquino promete que a la Vaca Muerta algo de leche le quedará para Añelo.

Mientras tanto, los vecinos Añelo tienen dos médicos y dos enfermeros, una epidemia se transformaría rápidamente en catástrofe porque en el Centro de Salud solo caben diez enfermos; al resto le toca aguantarse hasta que se construya el hospital, y con un poco de suerte se van hasta el sanatorio más cercano, que queda a 80 kilómetros. El pueblo entero se turna por sectores para defecar para no saturar la única red cloacal. El déficit de viviendas crece pero para olvidar las lágrimas de sangre las empresas construyen la casa de los sueños: un casino de tres pisos.

Pueblo sacrificado, pueblo patriota

Mientras países europeos prohíben al fracking por sus efectos negativos para el ambiente, Cristina y Sapag nos dicen que“la hidrofractura es la salvación de Argentina”. Bromista desagradable si los hay, el diputado Raúl Podesta afirma que “con buenas prácticas el fracking es viable”. ¿Cómo es posible que el veneno mate en todos lados menos en Neuquén?

El fracking es el camino elegido hacia la soberanía energética de Argentina. Claro está, sacrificando los ríos de Neuquén, al utilizar de ellos los 30 millones de litros para cada pozo; sacrificando las napas, contaminándolas con 500 químicos radiactivos; sacrificando el aire, que será envenenado (aún más) por los desechos tóxicos; sacrificando los suelos, que serán destruidos por las explosiones subterráneas y dejándolos propensos a sismos. En otras palabras: sacrificando nuestra vida.

No se puede reducir la discusión en aceptar a una empresa extranjera o una compañía argentina para la extracción de minerales, como si el genocidio ambiental fuera un acto patriota mientras lo genere una petrolera local. Tampoco se puede seguir poniendo esfuerzos en discutir el color del “proyecto económico”, qué si es nacional y no popular, o si es rojo y no blanco. 

El debate de fondo son los Modelos de Vida. ¿Cómo queremos vivir? ¿Está bien una sociedad que se autodestruye? 

¿La economía debe moldear nuestra vida o nuestra vida debe dar forma a una nueva economía?

Estas son las preguntas que se hacen los neuquinos y neuquinas. La costumbre, y el miedo de los que se enriquecen con el “orden establecido” hacen difícil el camino para encontrar las respuestas. Sin embargo, neuquinas y neuquinos no están dispuestos a sacrificar la sangre de sus hijos en aras de la Hidrofractura. Como gritaron las familias mapuce hace más de un siglo: “Nvwken”, se está escuchando.
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