lundi 22 juillet 2013

Expansión de los monocultivos; demanda de agrotóxicos e impacto socioambiental

La expansión de los monocultivos, sean estos de soja, árboles exóticos, maíz, caña de azúcar no son capaces de reproducir las condiciones de su existencia. La ausencia de rotaciones y asociaciones de cultivos determina la interrupción de flujos, ciclos y relaciones que se dan en la naturaleza.
En la agricultura industrializada estos procesos intentan ser reemplazados por el porte de fertilizantes y plaguicidas. En todas las actividades se hace evidente el incremento en el uso de plaguicidas tanto en las actividades extensivas como intensivas, los cuales generan una serie de problemas socio- ambientales tales como la contaminación del suelo, aire, agua y vegetación, la desaparición de insectos benéficos y recreación de resistencias, a los plaguicidas, en insectos y plantas silvestres y por último la intoxicación y muerte de los seres humanos.
Expansión de los monocultivos; demanda de agrotóxicos e impacto socioambiental

Por Javier Souza Casadinho
Agencia Latinoamericana de información

Resumen
El proceso de expansión de los monocultivos se halla relacionado con los procesos globales que lo contienen y trascienden: Se ha verificado una intensificación del uso del capital ligado a que la tecnología se ha convertido en la única herramienta que ha permitido elevar los rendimientos e incrementar la calidad formal de la producción. Se hace evidente el incremento en el uso de plaguicidas tanto en las actividades extensivas como intensivas, los cuales generan una serie de problemas socio- ambientales. Este trabajo posee el objetivo de analizar las estrategias productivas y las prácticas relacionadas con el uso de plaguicidas puestas en juego por los productores empresariales y familiares ubicados en diferentes zonas de Argentina tanto en producciones intensivas como las hortícolas y la tabacalera como en la producción de soja y árboles exóticos. Se ha utilizado una estrategia metodología cualitativa basada en entrevistas a las familias productoras y la observación durante la ejecución de actividades sumado al análisis de fuentes secundarias. Las intoxicaciones, tanto las agudas como las crónicas, impactan en el desarrollo de las comunidades y personas impidiendo el desarrollo de las potencialidades de cada ser humano, en este caso los niños son quienes se hallan más expuestos. Se hacen evidentes sobre los rostros y cuerpos de trabajadores /as, productores/as y la población expuesta el efecto de los agrotóxicos. Es así como se verifica el incremento de cánceres, disrupciones endócrinas, afecciones a las vías respiratorias, problemas en el desarrollo neurológico de niños y adultos expuestos a los plaguicidas.

I- Introducción

América Latina en general y el cono sur en particular se hallan atravesados por una serie de procesos relacionados y envolventes que han modificado de raíz a los sistemas agroalimentarios[1] y con ellos los modos de producir, distribuir, comercializar , almacenar y procesar los alimentos. Cada vez más la agricultura toma procesos y ciclos análogos, y también se hace dependiente, de otras actividades económicas. De la industria depende de la provisión de insumos y ha tomado el ritmo y producción en serie. Por su parte de la actividad financiera requiere de capital liquido y ha adquirido la especulación junto a la búsqueda de rendimiento económico a corto plazo. Ante la ausencia de rotaciones y asociaciones de cultivos, la agricultura, depende la petroquímica y de la minería para el aporte permanente de minerales vía la incorporación de fertilizantes.

El proceso de expansión de los monocultivos se haya relacionado con los procesos globales que lo contienen y trascienden: En primer lugar y relacionado con los cambios en las políticas económicas de los países exportadores se ha verificado una intensificación del uso del capital aspecto ligado a que la tecnología se ha convertido en la única herramienta que ha permitido elevar los rendimientos e incrementar la productividad de los factores e la producción – tierra, trabajo y capital-. Se han abandonado tecnologías de procesos, aquellas basadas en el conocimiento y en la creatividad de los productores y adaptadas en las condiciones ambientales y a las restricciones locales, siendo reemplazadas por tecnologías de insumos puntuales y específicas. Ligado al proceso anterior se verifica un proceso de integración vertical en el cual las fases de los procesos productivos se hallan íntimamente relacionadas, ya desde la provisión de insumos hasta la comercialización. En este caso, una misma empresa, ya sea por mecanismos de propiedad o por contratos establecidos con los productores, controla todo el ciclo productivo. A partir de este mecanismo, los productores se hallan obligados a adoptar un paquete tecnológico que asegure cierta productividad y determinados estándares de “calidad formal”[2]. Este paquete incluye la utilización de semillas mejoradas- transgénicas o no -, plaguicidas específicos y fertilizantes[3].

La expansión de los monocultivos, sean estos de soja, árboles exóticos, maíz, caña de azúcar no son capaces de reproducir las condiciones de su existencia. La ausencia de rotaciones y asociaciones de cultivos determina la interrupción de flujos, ciclos y relaciones que se dan en la naturaleza. En la agricultura industrializada estos procesos intentan ser reemplazados por el porte de fertilizantes y plaguicidas. En todas las actividades se hace evidente el incremento en el uso de plaguicidas tanto en las actividades extensivas como intensivas, los cuales generan una serie de problemas socio- ambientales tales como la contaminación del suelo, aire, agua y vegetación, la desaparición de insectos benéficos y recreación de resistencias, a los plaguicidas, en insectos y plantas silvestres y por último la intoxicación y muerte de los seres humanos.

Las intoxicaciones, tanto las agudas como las crónicas, impactan en el desarrollo de las comunidades y personas impidiendo el desarrollo de las potencialidades de cada ser humano, en este caso los niños son quienes se hallan más expuestos desde la misma etapa de concepción hasta cuando inician el desempeño de actividades productivas , muchas veces acompañando a sus padres.

II- Marco teórico

. Dentro de un escenario de acciones complejo, desde las mismas comunidades afectadas, grupos y asociaciones de la sociedad civil, agrupaciones de productores, trabajadores de la salud y de la educación se han movilizado con la finalidad de poner límites a la utilización de plaguicidas en particular y de la agricultura en industrial en general. De esta manera algunas comunidades a partir de la organización han podido limitar, restringir y hasta prohibir la utilización de determinadas formulaciones de agrotóxicos y diferentes modalidades de aplicación como las constituidas por las pulverizaciones aéreas.

Es posible representar en su conjunto a la actividad agraria como un campo de juego donde los actores participantes ocupan diferentes posiciones. A partir de las mismas se plantean e implementan diferentes estrategias con la finalidad de mejorar esa posición relativa. Bordieu[4] define a los campos sociales como “Espacios de juego históricamente constituidos con sus instituciones especificas y sus leyes de funcionamiento propias. Los campos se presentan como sistemas de posiciones y de relaciones entre posiciones”.

Es factible registrar a un grupo de heterogéneo de productores agrarios que poseyendo diferentes dotación de bienes comunes naturales, factores de producción y recursos se han mantenido, no sin conflictos, a lo largo del tiempo. La posición ocupada por cada agente productivo, en base a su dotación de capital, es la resultante de hechos históricos; con relación a esta situación dice Bordieu “Se trata de espacios estructurados de posiciones, a las cuales están ligadas ciertos números de propiedades que pueden ser analizadas independientemente de las características de quienes las ocupan. Un campo se define por lo que está en juego, y los intereses específicos del mismo, indispensable para que funcione un campo” (Bordieu, 1990; citado por Gutiérrez, 1995)[5].

En la Argentina los plaguicidas se han convertido en la única herramienta utilizada por los productores para contrarrestar el ataque de insectos y enfermedades. Del análisis de los datos de investigaciones realizadas en Argentina, surge que el principal problema de la utilización de plaguicidas lo constituye el impacto sobre los seres humanos expuestos directa o indirectamente a la acción de estos tóxicos. Es así como desde la producción de yerba mate en Misiones donde se utilizan dosis crecientes de herbicidas hasta la misma pampa húmeda, donde año a año se incrementa la utilización de herbicidas como el glifosato y el 2, 4 D junto a el insecticida Endosulfan,. A su vez los plaguicidas contaminan a los alimentos tornándolos de consumo riesgoso para la población. El análisis de los casos de intoxicación y las entrevistas realizadas permiten afirmar que aún luego de la aplicación de agrotóxicos, tareas como el desecho de envases y líquidos remanentes pueden estar asociadas al suceso de un caso de intoxicación. También las condiciones climáticas pueden predisponer a la aparición de mayores poblaciones de insectos y por ende mayor más utilización de plaguicidas[6]. Los plaguicidas envenenan a las abejas y expulsan a las familias no solo de los apicultoras/es sino también a todas aquellas familias que desarrollan producciones diversificadas, cuyas formas de manejo de plagas preservan el ambiente. Además, las fumigaciones con plaguicidas no dejan ni fauna, ni flora cultivada o silvestre y ponen en peligro de extinción las especies vulnerables.

III – Metodología

Se utilizo una estrategia metodológica de tipo cualitativo la cual se basó en un variado corte de instrumentos de recolección y construcción de datos en especial; entrevistas semi-estructuradas a familias productoras ubicadas en áreas rurales y periurbanas, a miembros de instituciones oficiales. También se efectuó observación participante durante la ejecución de actividades de capacitación, sensibilización e información. En este último caso fue de vital importancia el cuaderno de campo donde se fueron registrando datos relevantes. La información se complementó con entrevistas realizadas a informantes claves quienes aportaron su visión sobre la producción agraria, la utilización de agroquímicos y su incidencia en la salud. Se entrevistó a directores de hospitales, a médicos, concejales, docentes y proveedores de insumos.

IV – Resultados

a- Actividad tabacalera y forestal en Misiones

En la actualidad, al igual que en toda la Argentina, se utilizan una serie de plaguicidas extremadamente tóxicos con capacidad de producir daños en la salud tanto de nivel agudo – a corto plazo –como crónico, enfermedades que aparecen luego de años del contacto con el plaguicida[7]-(Souza Casadinho, 2009).

En el caso de los cultivos forestales las actividades se inician con la confección de los almácigos - ubicados en almacigueras protegidas del viento y de las bajas temperaturas.- Dos, son las adversidades que pueden poner en peligro la producción en esta etapa; las hormigas y el “mal de los almácigos” -un complejo de hongos que ataca el cuello de las plántulas-. En ambos caso se utilizan plaguicidas sintéticos. Al alcanzar la altura adecuada las plántulas son llevadas al terreno definitivo donde también deben ser protegidas de las hormigas y plantas silvestres y suministrarle agua adicional, si es necesario. Respecto a las hormigas se suelen aplicar insecticidas sintéticos – sulfuramida y fipronil - y solo ocasionalmente se emplean estrategias integrales que además de insecticidas incluyen la destrucción de hormigueros y el uso de insecticidas naturales. En el caso de las plantas silvestres, las denominadas malezas, se complementan el laboreo mecánico y la aplicación de herbicidas de origen sintético en especial glifosato y paraquat. Se estima que hasta alcanzar la altura con la cual los árboles pueden competir con las plantas silvestres – alrededor del tercer ciclo - , se realizan cuatro aplicaciones de herbicidas cada año.

En el caso del tabaco el proceso se inicia con la confección de los almácigos – en general bajo el modo de hidroponía – con semillas provistas por las propias empresas tabacaleras -impidiéndose la utilización de semilla de origen propio-. Al alcanzar el tamaño adecuado se procede al trasplante. Previamente se ha debido desmontar, acarrear los troncos, quemar el resto de la vegetación – el rozado a fuego - y sistematizar el terreno. Entre el trasplante y la cosecha, período que puede llegar a los 100 días – se debe proteger a las plantas de tabaco de los insectos, hongos y de las plantas silvestres para lo cual se utilizan plaguicidas sintéticos provistos por las mismas empresas, complementándose con los adquiridos por el propio productor cuando los suministrados por la compañía no se visualizan como eficaces, en este sentido un productor manifestó;

Entre los insecticidas utilizados fueron mencionados; Acefato, Clorpirifos, Imidacloprid, cipermetrina, Carbaryl, Fipronil y Sulfuramida mientras que entre los herbicidas se encuentran: Glifosato, Paraquat y Metsulfuron metil.

Más allá de la toxicidad especifica de los productos utilizados , que se evidencia a partir de su clasificación toxicológica, se debe tener en cuenta que ante situaciones de emisiones difusas no es sencillo localizar el agente químico, esto se debe a que cuando un químico se introduce en el ambienté siempre pueden ocurrir tres cosas; que el compuesto permanezca estacionado en el sitio de descarga (persistencia), que el compuesto se movilice y transfiera de un medio hasta otro o que el compuesto experimente una serie de transformaciones dando lugar a compuestos derivados[8] (Ferreyra, D - Herrera, J. 2007). Todos estos caminos pueden incidir en el suceso de una intoxicación

Ya como producto del registro y análisis de las entrevistas como de la observación de las condiciones de la vivienda es posible afirmar que la relación ce las personas con los tóxicos comienza desde la infancia, aunque dadas las condiciones de uso de los tóxicos cabria extenderla a la misma concepción y gestación en el vientre materno. En especial cabe mencionar las etapas de almacenamiento de los productos, la utilización de los mismos y el desecho de envases. Tanto en las unidades campesinas como en las de los familiares capitalizados los plaguicidas se almacenan dentro de las viviendas, fuera de ellas en el patio, en los galpones de acopio del tabaco y solo en dos casos – de los 20 analizados - se los observó en galpones cerrados. Esta situación establece una convivencia que recrea hábitos en los niños, en relación a los agrotóxicos, que se mantendrán luego de adultos, explicando así el vínculo instaurado en las prácticas cotidianas. A su vez los expone permanentemente a los plaguicidas pudiéndose desarrollar enfermedades agudas y crónicas. Los plaguicidas pueden alcanzar a las personas ya directamente como a través del agua, aire y contaminando a los alimentos.

De las entrevistas surge que los productores suelen utilizar dosis de aplicación mayores a las indicadas en el marbete, los mismos suelen percibir subjetivamente un “debilitamiento” de los químicos frente a las “plagas” que se tornan resistentes. En realidad son los insectos e hierbas silvestres quienes a partir del proceso de selección natural y cambio en las proporciones genéticas se tornan tolerantes o resistentes a las dosis “normales” del químico. En todos los casos se evidencia una sobreexposición de niños y adultos a los tóxicos aunque está claro que los primeros se hallan más desfavorecidos dado que no comprenden la toxicidad de los productos químicos, no saben leer, exploraran el entono hogareño, no reconocen el peligro en su real dimensión y además cualquier anomalía en su cuerpo incidirá en el futuro desarrollo de una vida plena, dado que el organismo se halla en pleno desarrollo. Las precipitaciones dan lugar a la percolación o lixiviado arrastrando a las sustancias adsorbidas en la superficie produciendo el transporte de contaminantes que pueden alcanzar las napas freáticas con el consecuente peligro a que esta situación conlleva.[9](Hodgson, 2004). Cabe resaltar que esta agua no solo se utiliza para beber sino que además se destina para el riego de los productos cultivados para el autoconsumo; hortalizas, maíz, porotos y mandioca. Por último el desecho de envases es otra de las etapas que vincula a los tóxicos con todos los integrantes de la familia. Durante el trabajo de campo se ha registrado que los envases se pueden reciclar para acumular agua, utilizarlos en el aseo personal[10] , para el acopio de combustible y para adquirir plaguicidas fraccionados. Cuando no se reciclan se suelen arrojar en lugares inespecíficos del predio, quemarse y hasta enterrarse. Está claro que cualquiera de estas situaciones puede propiciar el suceso de intoxicaciones crónicas y agudas.

La aplicación de los plaguicidas, por lo general realizada en forma manual con “mochilas” que se llevan en la espalda, constituye la operación que vincula más íntimamente y expone en mayor medida a los productores y los trabajadores con los agrotóxicos. Diversas circunstancias, que ofrece esta operación, pueden desembocar en un caso de intoxicación; averías en el tanque, averías en las mangueras, volcado de líquido por la tapa, obstrucciones de las mangueras, etc. Por lo general los productores no utilizan equipos de protección completos constituidos por botas, pantalones y camperas de plástico, barbijos, sombreros y antiparras siendo suplantados por sucedáneos de dudosa eficacia; camperas sin abrochar, pañuelos o trapos tapando la boca, etc. Está claro que esta ausencia de barreras físicas expone aún más a los productores a la posibilidad de sufrir una intoxicación.

Respecto al trabajo de campo y en referencia a los testimonios de los tabacaleros es posible decir que las dermatitis son mencionadas como una de las enfermedades más comunes en el área, estas pueden revestir las características de sarpullidos, manchas, eccemas, costras, ampollas, etc. En segundo lugar se mencionan las afecciones referidas al sistema nervioso; dolor de cabeza, mareos, fatiga, cansancio, dolor de piernas, calambres

Luego aparecen las enfermedades vinculadas al aparato respiratorio; dificultades para respirar, ahogo, respiración acelerada, catarro, etc. Por último se han mencionado el suceso de abortos y de nacimientos de niños con mal formaciones. En ocasiones las intoxicaciones son capaces de afectar tanto al cuerpo de los implicados que determinan la imposibilidad de continuar aplicando tóxicos.

Mientras el cultivo de tabaco siga siendo una alternativa para los productores minifundistas Misioneros, ya porque les permite cultivar en pequeñas superficies transformando el capital corporal en capital monetario cuanto que les posibilita acceder a una obra social, estos productores continuaran ligados a grandes empresas integradas. Empresas que a partir de la firma de un contrato los obligaran a producir con altas condiciones de calidad formal, aspecto que los vincula a la utilización de un paquete tecnológico basado en fertilizantes y plaguicidas.

B- La actividad hortícola

La horticultura se caracteriza por ser una actividad de permanente demanda y rotación de capital líquido y de mano de obra dadas las superposiciones de tiempo de trabajo y de producción. En esa actividad se están desarrollando cambios con interesantes perspectivas a futuro, estas modificaciones se relacionan con la ubicación del predio y las estrategias comerciales. En el caso de los productores cuyos predios se localizan dentro de las zonas con restricción a la aplicación de agrotóxicos y más aún aquellos que han establecido modalidades comerciales donde se ha formalizado el vínculo productor- consumidor, se observa un paulatino cambio en las estrategias en el manejo de enfermedades, plantas silvestres e insectos, disminuyendo el uso de agrotóxicos. En este caso de manera incipiente se está mejorando la nutrición de los suelos, recreando diversidad biológica – incluyendo plantas medicinales y aromáticas - y aún utilizando trampas para insectos y preparado vegetales. La inclusión de plantas medicinales y aromáticas le posibilita mejorar las relaciones entre los insectos fitófagos y sus predadores y parásitos brindándole a estos últimos mejores condiciones de hábitat y alimentación. Por otra parte se incrementa y diversifica la canasta de productos, El proceso de transición de la agricultura de tipo industrial a la agricultura ecológica puede involucra diferentes niveles (internacional, regional, local y predial) y su realización implica la sustitución de tecnologías altamente dependientes de capital (como los fertilizantes químicos y los productos fitosanitarios convencionales) y generalmente contaminantes y degradantes del ambiente (el laboreo profundo y continuado, la quema de rastrojos, etc.), por otras que permitan el mantenimiento de la diversidad biológica y de la capacidad productiva del suelo a largo plazo (Guzmán Casado et al, 2000)[11]. Atendiendo a la temporalidad “extensa” y “compleja” que implica realizar un cambio sustancial del sistema productivo -que puede extenderse por seis años para pasar de un sistema de monocultivo a uno agroecológico -, se debe partir de ecosistemas degradados, contaminados y con escasa diversidad biológica para llegar al rediseño del predio en un planteo agroecológico, persiguiendo una mejor articulación entre los cultivos – anuales y perennes – y entre ellos y los animales, esenciales en todo sistemas productivo a fin de reciclar la energía producida y almacenada en los vegetales (Sevilla Guzmán, 2000)[12].. En relación al cambio de las modalidades comerciales la articulación de ventas en el predio, ventas en comercios minoristas y en ferias locales determina un mayor acercamiento con los consumidores aspecto que implica un mayor compromiso en la calidad real de lo que se ofrece, lo cual a su vez comprende una profunda modificación no solo en los productos químicos que se aplican sino además del respeto del tiempo de carencia[13]. A la par del proceso anterior, y de modo antagónico – también se verifica en las quintas convencionales un incremento en la utilización de herbicidas especialmente Glifosato y Paraquat se trata de productos no selectivos para las plantas y tóxicos en los seres humanos pudiendo provocar enfermedades crónicas y agudas tanto a quienes los aplican como a quienes se hallan realizando diferentes tareas en las adyacencias. Respecto al Glifosatoen las intoxicaciones agudas pueden aparecer los siguientes síntomas; irritación de los ojos y de la piel, daños en el sistemas respiratorio y a nivel pulmonar, mareos, descenso de la presión sanguínea, dolor abdominal, destrucción de glóbulos rojos y fallas renales[14] Pero lo que es más importante es la aparición de enfermedades de tipo crónico; desarrollo neurológico anormal[15] , incremento en la incidencia del linfoma no – hodking[16], afección en la placenta humana con probable incidencia en el desarrollo de abortos[17] . También puede actuar en la división celular con una posible incidencia en la aparición cánceres.[18] En el caso del Paraquat produce irritación de la piel, presencia de ampollas, despellejamiento, ulceras, muerte de las células de la epidermis dermatitis en varias zonas del cuerpo expuestas. También puede producir Hemorragia nasal, inflamación de los ojos y queratosis en la cornea. Como efectos crónicos se destaca la insuficiencia pulmonar y posible vinculación con el mal de Parkinson. (Madeley, J. 2004)[19]

También se debe mencionar la posibilidad de que las hortalizas cosechadas contengan trazas de estos productos dadas las dosis utilizadas y el no respeto de los tiempos de carencia. Los productos se utilizan tanto durante la preparación del terreno antes de la siembra cuanto con los cultivos ya desarrollados en el entresurco – ejemplo repollo-. Se han visualizado casos de hortalizas afectadas – quemadas – dado que el viento direccionó las partículas hacia ellas. En este caso se verifica como la escasez y encarecimiento de la mano de obra y la merma de la mano de obra familiar lleva a la sobreutilización de tóxicos, en ocasiones de manera desaprensiva.

En los horticultores de este grupo también se verifica un incremento en los productos y dosis de los insecticidas utilizados, tal estrategia se vincula con la aparición de resistencias en los insectos y a la necesidad de mantener la calidad formal de los productos.

Como parte de las dificultades de realzar un diseño y una planificación adecuada a fin de prevenir el desarrollo de enfermedades fúngicas, sumado a la dificultad de aplicar fungicidas, se observa el desarrollo sistemático de enfermedades mermando el rendimiento y calidad productiva. En la horticultura también se evidencia una mayor utilización de agrotóxicos, en especial endosulfan, derivado del incremento en la modalidad de producción bajo invernáculos, la aparición de resistencias a las dosis recomendadas de plaguicidas más utilizados y a la necesidad de bajar los costos.

c- Las producciones extensivas

El cultivo de la soja ha mostrado un avance muy claro en la agricultura argentina. La superficie cultivada en todo el país creció casi 50% en los últimos 30 años, pasando de ser un cultivo casi marginal en la década del `70 a ocupar cerca de la mitad del área sembrada en la actualidad. El incremento en la superficie tiene su correlato con el aumento en la utilización de plaguicidas, Souza Casadinho (2004) [20] afirma que al no realizarse rotaciones y exacerbar la utilización de plaguicidas, estos han afectado la supervivencia de los insectos benéficos y recreando mecanismos de resistencia en los perjudiciales. En la Argentina, cada año, la soja ocupa tierras antes dedicadas a la ganadería, a los cultivos extensivos como el trigo, a las hortalizas como la papa, así como también se extiende a zonas de ecosistemas frágiles como el monte seco y la estepa Patagónica. La expansión de la superficie de siembra, el monocultivo, la ausencia de rotaciones junto a la intensificación en el uso de plaguicidas ha determinado un incremento en las poblaciones de insectos perjudiciales junto a una merma en los benéficos. Arias (2005)[21], investigando en la región pampeana, determinó que el control de las plantas silvestres se ha especializado a partir la de la masiva adopción de materiales de origen transgénico.

La expansión del monocultivo de soja, en ausencia de una estrategia global para con el manejo de plagas, deriva en la utilización puntual de plaguicidas. También las condiciones climáticas pueden predisponer a la aparición de mayores poblaciones de insectos y por ende mayor más utilización de plaguicidas.

En general se utiliza el herbicida Glifosato, Round –up y otras marcas comerciales, con dosis que van desde los 3 a 10 Lts /ha., en 2 a 4 aplicaciones por temporada. También y a partir de la aparición de malezas resistentes a las dosis recomendadas de Glifosato se utiliza el herbicida 2, 4 D con aplicaciones de 2 a 3 Lts/Ha. El problema derivado de la utilización del herbicida glifosato es grave por la cantidad del tóxico utilizado, por el modo de aplicación y por su impacto en la salud, pero no es el único caso a destacar. En las diferentes actividades agrícolas llevadas a cabo en la Argentina, se utilizan una serie de plaguicidas extremadamente tóxicos con capacidad de producir daños en la salud tanto de nivel agudocomo crónico. En este último caso las enfermedades aparecen luego del transcurso de meses y hasta de años luego de la exposición. Es el caso de los insecticidas Endosulfán, Clorpirifos y de los herbicidas 2, 4 D y Paraquat.

En la argentina, durante el año 2012, se aplicaron cerca de 400 millones de litros de plaguicidas, evidenciándose un claro incremento respecto a años anteriores. Éste proceso se halla ligado a varios factores; a- La expansión de la superficie agrícola, ya sea por la incorporación de tierras como por el reemplazo de actividades productivas. b- La expansión de los cultivos transgénicos. c- La aparición de mecanismos de resistencias en insectos e hierbas silvestres. d- el énfasis en la calidad formal de los productos y e- el cambio climático.

En el caso de las aplicaciones aéreas, las partículas pueden impactar sobre las personas y comunidades que habitan o trabajan en las adyacencias de las zonas de utilización. Aunque las ordenanzas municipales recientemente sancionadas en más de 100 municipios o departamentos del país prohíben las aplicaciones a distancias menores que los 200 a 2.000 metros de distancia de donde habitan las comunidades, el problema es más amplio. En principio porque nada se dice de las viviendas aisladas que persisten en las áreas rurales o sus escuelas que pueden ser alcanzadas por el plaguicida. De la misma manera el viento puede arrastrar las partículas tóxicas mucho más allá del lugar donde fueran aplicadas.

Un caso paradigmático producto de la lucha para restringir el uso de tóxicos lo constituyen las madres de Ituzaingó. Allí un grupo de mujeres preocupadas por el incremento de los casos de cáncer se reunieron, movilizaron y reclamaron ante las autoridades a fin de poner límites a las pulverizaciones con plaguicidas en las adyacencias del barrio Ituzaingó anexo ubicado en la provincia de Córdoba. Hacia fines del año 2008 el fallo del juez Carlos Mateu, aplicando la ley determinó que la aplicación de plaguicidas en la ciudad de Ituzaingó se realice a más de 1.500 metros de las viviendas de la comunidad. El fallo hizo justicia y se relaciona con una lucha que desde hace años llevan adelante el grupo madres de Ituzaingó – junto a un colectivo de organizaciones e instituciones locales, nacionales e internacionales - y pone sobre el tapete el impacto socio ambiental de las pulverizaciones aéreas y su relación con el deterioro en la salud.

Consideraciones finales

Como se puede vislumbrar de los conceptos vertidos hasta aquí, la problemática relacionada con el uso de los plaguicidas es compleja y dinámica incluyendo a varios actores en una complicada trama de relaciones.

Se asiste en la Argentina a un enriquecedor y profundo debate en torno a las características de las actividades agrarias, a su capacidad de contribuir a la soberanía alimentaria y el impacto socio ambiental de las prácticas llevadas a cabo por los productores en especial aquellas destinadas a mitigar, reducir o eliminar el accionar de insectos y plantas silvestres.

La sociedad civil organizada, grupos y asociaciones de productores junto a las Ongs del desarrollo han llegado a cabo actividades de investigación, difusión, capacitación e incidencia política con la finalidad de exponer estas problemáticas, que se conozcan en profundidad y además de investigar y difundir alternativas superadoras que aseguren alimentos sanos y nutritivos para toda la población.

Existe evidencia científica que vincula la utilización y exposición de plaguicidas con la aparición de síntomas de intoxicación agudos y el desarrollo de enfermedades de tipo crónico.

El debate sobre el impacto socio ambiental de los plaguicidas, aún con diferentes matices, se da en todo el país, llegándose al caso de realizarse juicios contra productores y aeroaplicadores como en el barrio Ituzaingó de Córdoba. El debate incluyó la búsqueda de prohibir plaguicidas específicos como el Endosulfan y el Glifosato, la determinación de franjas de restricción y la prohibición de pulverizaciones realizadas en forma aérea.

Se hacen evidentes sobre los rostros y cuerpos de trabajadores /as, productores/as y la población expuesta el efecto de los agrotóxicos. Es así como se hacen cada vez más numerosos los reportes que muestran el incremento de cánceres, disrupciones endócrinas, afecciones a las vías respiratorias, problemas en el desarrollo neurológico de niños y adultos expuestos a los plaguicidas. Los niños son quienes más se hallan expuestos a los tóxicos, ya antes de la concepción en el vientre materno, durante el embarazo y luego del nacimiento mientras, por ejemplo mientras acompañan a sus padres en el desarrollo de las tareas productivas...

Bibliografía

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Javier Souza Casadinho
Cátedra de Extensión y Sociología Rurales. FAUBA. Red de Acción en Plaguicidas y sus alternativas de América Latina. javierrapal@yahoo.com.ar


Notas

[1] Entendido como el espacio socio-económico en el cual se realizan las actividades relacionadas con la provisión de insumos, producción, transporte, distribución y procesamiento de alimentos. Está conformado por actores pertenecientes al sector público y privado que realizan tareas de producción, transporte. procesamiento pero también de asesoramiento técnico y producción e intercambio de conocimientos
[2] Entendida como la calidad externa o apariencia, es decir color, homogeneidad, firmeza.
[3] Teubal, M y Rodríguez, J. 2002 Globalización y sistemas agroalimentarios en Argentina. La Colmena. Buenos Aires. Argentina
[4] Bordieu, Pierre: Cosas dichas, Bs. As., Gedisa, 1988.
[5] Gutiérrez, Alicia: Las prácticas sociales. Editorial Universitaria U.N.M., 1995
[6]Souza Casadinho J. 2008. “Alternativas al endosulfan en la soja, El caso de Argentina” en el El Endosulfan y sus alternativas en América Latina.RAPAL-IPEN

[7] Souza Casadinho Javier (2009). ¿Es sólo el glifosato? Acerca de la utilización e impacto de los plaguicidas en la agricultura argentina. http://www.ecoportal.com.ar/content/view/full/83783
[8] Ferreyra , D y Herrera, J. Los efectos medioambientales ; determinación analítica de residuos de plaguicidas en aguas de la región . 2007 en Tabaco y agrotóxicos , editorial Universitarias de Misiones. Misiones
[9] Hodgson, E. 2004. A textbook on modern toxicology. Nueva York. John wiley& Sons, Inc.

[10] Durante el trabajo de campo antes de proceder a la entrevista un productor, que regresaba del cultivo, se lavó la cara con agua contenida en un recipiente de Herbicida Glifosato.
[11] Sevilla Guzmán, 2000.Introducción a la agroecología como desarrollo rural sustentable. Ediciones Mundi prensa. Madrid, España.

[12]. Sevilla Guzmán, 2000.Introducción a la agroecología como desarrollo rural sustentable. Ediciones Mundi prensa. Madrid, España.

[13]El tiempo que debe mediar entre la última aplicación de agrotóxicos y la cosecha de los productos.
[14] Revista Enlace. 2008. Plaguicidas con prontuario, el Glifosato. Revista de la Red de Acción en plaguicidas y sus alternativas para América Latina Nº 80. Santiago de Chile. Chile .

[15] Gary, V. y otros 2002 Birth defects , season of conception, and sex of children born to pesticide applicators living in the red River valley of Minnesota. Environmental health perspectives Nº 110 Supplement 3. USA.

[16] De Ross A. y otros. 2003. Integrative assessment e of multiple pesticide and risk factors for non Hodgkin’s lymphoma among men. Occupational and Environmental Medicine. USA.

[17] Yoke Heong, Chee. 2005. Nuevas pruebas del peligro del herbicida Round – Up. Revista bioseguridad Nº 160

[18] Revista Enlace. 2008. Plaguicidas con prontuario, el Glifosato. Revista de la Red de Acción en plaguicidas y sus alternativas para América Latina Nº 80. Santiago de Chile. Chile

[19]Madeley, J. 2004. Paraquat , el controvertido herbicida de Syngenta. Pesticide Action Network. Costa Rica.
[20] Souza Casadinho, J. 2004. El impacto de los cultivos transgénicos sobre la estructura agraria y la alimentación. CETAAR- RAPAL. Buenos Aires.

[21] Arias, S. 2005. Transformaciones en la estructura agraria de la región pampeana causadas por el proceso de agriculturización de la década del ’90. Bs. As. Tesis de grado. Facultad de Agronomía. UBA



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