jeudi 19 avril 2012
Represión en manifestación contra Hidroaysén es un gran paso para la dictadura
Sin dirigentes, solo la bella gente con ansias de defender nuevamente una Patagonia sin represas. Manifestarse contra Hidroaysén, un proyecto energético viciado, lleno de irregularidades y que pese a todas las denuncias y el clamor ciudadano, ha seguido avanzando con el triste y cerrado apoyo del gobierno.
POR JAVIER KARMY
Nuevamente la Plaza de Armas alojó la energía del rechazo a un megaproyecto energético que pone en peligro todo el territorio que está al sur de Chile, hasta la Patagonia, y a eso de las 20 hrs, alguien lanzó un tremendo “¡Patagoniaaaa!”, levantándose el clamor ciudadano al responder “¡sin represas!” Así comenzaba una nueva manifestación contra el nefasto Hidroaysén.
Al igual que la semana anterior, la manifestación pretendía caminar por el Paseo Ahumada, pasar por la Alameda y llegar a la Casa de Gobierno. Pero esta democracia ha dado un paso para atrás, ha retrocedido y los ínfimos espacios que existían, al menos para manifestarse caminando por el Paseo Peatonal, se han perdido.
Fuerzas Especiales y Carabineros de Chile cortaron la vía peatonal con vallas papales y con decenas de estos funcionarios que se apostaron a bloquear el caminar de la gente común y corriente, antes que la marcha avanzara. A todos se les prohibía el paso, no solo a los manifestantes, también a los vendedores ambulantes, a los que andaban comprando e incluso, a los evangélicos que pasaban a predicar a la Plaza Principal.
La gente, tras unos minutos de creativos cánticos, jóvenes en su mayoría, con muy pocos lienzos y varios con bicicletas, comenzó a caminar hacia el Paseo. El bloqueo de Carabineros a su vez provocó que los manifestantes cortaran la calle Compañía de Jesús. Era la excusa que necesitaba Carabineros para iniciar su acción. Así comenzó una brutal intimidación: Carro lanzaaguas y lanzagases comenzaron a avanzar con esos estruendosos motores y se apostaron frente a la gente, justo donde termina la Plaza. Tras unos minutos, docenas de motocicletas verdes entraron por el otro lado de la Plaza de Armas con sus verdes cascos y sus intimidadoras luces, apostándose atrás de la gente, frente al Guanaco y el lanzagases. La gente quedó entre policías con el condimento de la filmación que hacía uno de los Carabineros que parecía no cometer acción represora alguna. Pero todo lo contrario, con ello analizan el procedimiento para "mejorarlo".
Una brutal encerrona que buscaba intimidar la manifestación que quedó entrampada más de media hora en el bloqueo que impuso Carabineros en la Plaza de Armas. Simplemente, no había manera de moverse, pese a que por un megáfono un Carabinero balbuceaba que la marcha no estaba autorizada y que por lo tanto iban a utilizar los métodos para disiparla. ¿Qué marcha? Si caminábamos por un Paseo Peatonal. ¿Qué más nos queda entonces?
Esta situación da cuenta de lo viciado que está nuestro sistema democrático, en que lejos de abrir espacios, se vuelven a cerrar. Este es un gran paso para la dictadura y la violencia, un retroceso para la humanidad, una vergüenza para Chile.
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