Un grupo de investigadores propone que se realice el enterramiento de los miles de restos de indígenas no identificados, que están guardados en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, con un pedido de perdón a sus descendientes por el genocidio perpetrado a los pueblos originarios durante la llamada campaña del desierto cometido por el estado argentino.
Fuente Imagen: La Flecha / Argentina Indymedia / (restitución restos humanos museo de la Plata 2013)
Un cráneo de un Qom fusilado en 1887; un esqueleto de un Selk´nam (ona) asesinado en 1897; un esqueleto de un hombre tehuelche “Sam Slick” de 1876, desenterrado por Francisco P. Moreno; el esqueleto de una india Aché muerta a machetazos en Paraguay en 1896; el cerebro de un mataco y el cuero cabelludo con las orejas y el cerebro del cacique Inakayal son algunos de los miles de restos que aún alberga el Museo platense.
Ante este panorama, un grupo de investigadores nucleados en el Colectivo GUIAS (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social) propone un enterramiento masivo en el marco de un pedido de perdón.
Fernando Miguel Pepe, coordinador del Colectivo GUIAS, explicó a Télam que “hay más de 10.000 restos humanos, entre ellos 6.000 cráneos, muchos de ellos caciques de los principales pueblos originarios”.
“Nosotros planteamos una restitución masiva, que sean enterrados todos los restos humanos en sus comunidades de pertenencia, en el marco de un pedido de perdón por parte del Museo de La Plata y del Estado argentino en reconocimiento del genocidio perpetrado “, afirmó.
El especialista remarcó que muchos de esos restos, que están fehacientemente identificados, fueron reclamados por sus descendientes, como por ejemplo el cráneo del Toki Calfucurá, quien había acordado con Juan Manuel de Rosas durante casi 30 años la paz y había logrado organizar la confederación mapuche tehuelche”.
“En el 2000 y en el 2001 se reclamó su restitución directamente al museo pero hasta el momento no se concretó”, expresó y consideró que la negativa se debe “a que se quiere evitar que se toque la figura de Francisco P. Moreno y porque se persiste en considerar a los miembros de las comunidades como objeto de estudio”, explicó.
Sin embargo, Pepe resaltó que ahora la situación cambió, pues quien decide es el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y además cuentan con el apoyo de la actual directora del museo platense, Silvia Ametrano.
Los pedidos de restitución se rigen por la Ley Nacional 25.517, reglamentado por decreto presidencial de mayo de 2010 y son instrumentados por el INAI, que evalúa y decide sobre la pertinencia de los pedidos.
Pepe detalló que aún se aguarda la restitución completa del cacique Inakayal, ya que a pesar de haber sido restituido en 1994, aún están en el museo su cerebro y su cuero cabelludo y orejas, lo mismo que su mujer, de quien no hay registro de su nombre.
El Colectivo GUIAS elaboró una lista con los restos humanos guardados en el Museo, que figuran en el catálogo oficial, y relevaron la forma en que murieron o fueron asesinados.
“Hemos constatado, en el análisis de los restos humanos, que muchas de estas personas presentan en los cráneos lesiones causales de muerte: cortes producidos por machete, hacha, sable y orificios de arma de fuego”, afirmó el coordinador de GUIAS.
Pepe explicó que “el origen de estas `colecciones´ de restos humanos de los Pueblos originarios se inscribe en el marco del genocidio perpetrado por el Estado roquista a fines del siglo XIX, lo que posibilitó el saqueo de los cementerios enteros y la captura de prisioneros de guerra destinados a ser exhibidos en vida en el Museo La Plata, para luego, una vez muertos, ser expuestos en las vitrinas de la sala de Antropología Física”.
“Con estas exhibiciones, donde se los mostraba como salvajes primitivos próximos a extinguirse en el desarrollo de una `historia natural´, pretendían justificar el genocidio y la apropiación de 42 millones de hectáreas”, remarcó.
El museo de la capital bonaerense tiene un catálogo que data de 1910, en el que ya estaban identificados los restos de estos selknam, como se los denomina en el idioma yagán.
En general, en las ceremonias de restitución el protagonismo lo tienen las comunidades, que despliegan sus ritos de homenaje y despedida a través de cantos, banderas y atuendos, con una muy breve intervención de las autoridades de la institución que los devuelve.
Esta ceremonia empieza en el Museo y concluye con el entierro propiamente dicho en el lugar de origen de la comunidad.
Ametrano destacó que Argentina es el país más avanzado de América Latina en la materia y el Museo de La Plata es el que más restituciones ha hecho.
Esta semana realizó el IV Taller de Restituciones de Restos Oseos humanos, con el fin de debatir la legislación que la rige y sus as modalidades.
“También se debatió la práctica actual de los antropológos y arqueolólogos cuando deben realizar excavaciones en sitios donde pueden hallarse restos óseos humanos”, detalló.
Ametrano explicó que “hoy hay a nivel mundial un marco ético por el cual los museos no exhiben más restos óseos humanos”.
“Y con respecto a las excavaciones, actualmente se realizan en el marco de un vínculo con la comunidad” indígena, que da su “consentimiento para esa práctica”, destacó.
Incluso precisó que se busca el consentimiento para exhibir cualquier soporte de imagen, sea foto o audiovisual, en las que se muestren restos de aborígenes.
“Con imagenes de la restitución de los restos de Damiana se armó un material con fines educativos, pero antes de emplearlo se buscó y obtuvo el consentimiento de la comunidad aché”, apuntó Ametrano.
La funcionaria dijo que el Museo de Ciencias Naturales de La Plata continúa relevando restos óseos humanos allí guardados para poder identificarlos, un proceso que suele demorar casi 10 meses.
http://mapuexpress.org
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire