La “lucha” para mí
trata sobre nosotros, como seres humanos que necesitan cuidarse más unos a
otros, así como cuidar nuestro planeta. Los lentes que filtran mis aspiraciones
son definitiva y claramente indígenas. Es un lente que me ve clamar primera y
esencialmente por mi identidad como mujer maorí y como madre.
Fuente: desinformemonos.org
Hablar del pueblo maorí es hablar de la lucha digna, de nunca rendirse, de cultura viva. Hablar de la lucha del pueblo maorí es también hablar de sus mujeres, y justamente entre ellas es donde se encuentra Marama Davidson, mujer y luchadora indígena.
“De niña vi a mis padres pelear con los dueños de las tierras, y con mis oídos de bebé escuché que les gritaban ‘¡malditos maoríes, vuélvanse a su lugar!’. De niña vi a mi madre y a mi padre ser golpeados por la policía, mientras eran llamados ‘bastardos negros’”, cuenta Marama.
Davidson es una mujer que no pretende hablar por todos los maoríes; sus historias tratan sobre sí misma y a través de ellas emergen los diferentes colores de las muchas kakahu (mantos y telas) que usa: la de maorí, la de wahine (mujer), la de madre, esposa, la de una mujer de carrera en las luchas políticas y sociales de su tierra y la de amiga.
Aoteraoa (Nueva Zelanda), lugar en el que vive, es tierra ocupada por los poderes coloniales imperiales. Ahí, la lucha de su cultura está viva y pronta a resonar afín con las luchas de otros pueblos en solidaridad activa.
En la siguiente entrevista Marama habla de las ancestrales luchas de Aotearoa, de la relación de éstas con los movimientos actuales y del papel de las mujeres maorí en la defensa del territorio y los recursos naturales.
¿Cuál es la relación de los movimientos Ocupa y de los Indignados con la histórica lucha de los pueblos originarios?
Alrededor del mundo muchos se están levantando contra opresivas políticas neoliberales que sólo benefician al uno por ciento de todas las personas.
Una ocupación de Wall Street en Nueva York ha inspirado a otras ciudades y países a tomar medidas contra esta represión. Un lema nacido de esta protesta ha sido “somos el 99 por ciento”.
Aotearoa (Nueva Zelanda) se une ahora a este movimiento en solidaridad. Y esto es lo que nuestro país expresa: ”Estamos con ustedes ahora, tangata whenua (gente de la tierra). Ahora estamos todos luchando contra lo que han estado luchando ustedes desde que nosotros llegamos a sus costas. Nos unimos a ustedes para decir que este sistema no trata a las personas o la tierra con bondad. Hacemos eco al grito de que esta forma, este pisar a la gente, no es de Aotearoa. No es nuestro camino. Nos ponemos de pie junto al mundo en contra de un régimen donde sólo el 1 por ciento son los afortunados".
"Somos el 85 por ciento que se da cuenta de que debemos unirnos con los pueblos indígenas que han luchado durante mucho tiempo por estas cosas. Entonces nuestro número realmente reflejará el 99 por ciento. Nosotros recordamos que su responsabilidad como guardianes y custodios de estas tierras les fue arrancada bajo este sistema al que ahora nos oponemos".
“Reconocemos que hasta el día de hoy ustedes luchan por que se restablezca la condición de autoridad y de cuidador que han perdido en sus tierras de origen ancestral".
“Nosotros les pedimos su bendición para que todos podamos volvernos mejores cuidadores conjuntamente. Entendemos que sólo podemos ganar fuerza al estar de pie con ustedes, desde el comienzo mismo".
“Somos conscientes de que todos nos beneficiaremos cuando colectivamente afirmemos la responsabilidad única de ustedes como anfitriones de esta tierra. Entendemos que no necesitamos temer la voz de ustedes nunca más".
“Estamos con ustedes ahora tangata whenua. Luchemos esta lucha juntos”.
¿Marama, podrías hablar acerca de ti y de tu lucha?
Yo soy de Aoteraoa, el país llamado Nueva Zelanda. Mi pueblo es tangata whenua, la gente indígena de esta tierra. Hemos llegado a ser conocidos como el pueblo maorí. Yo desciendo de dos grupos familiares del Norte llamados te rarawa y ngapuhi, y también de los pueblos de la región de la Costa Este, quienes son ngati porou.
Fui criada fundamentalmente en mi hogar ngapuhi en el norte, en un pequeño valle rural llamado Whirinaki. Ahora vivo en zona urbana, en la ciudad de Auckland con mi marido y nuestros seis hijos. Durante los últimos nueve años he estado trabajando en una comunidad local suburbana, hablando sobre cuestiones de derechos humanos. Pero recientemente he estado buscando crear más plataformas para que las voces de abajo sean oídas, sobre las cuestiones que estamos enfrentando como tangata whenua.
En diciembre del 2010 fui parte del establecimiento de un grupo llamado Te Wharepora Hou. Somos un pequeño grupo de mujeres maorí que buscamos una voz colectiva más fuerte. Nuestro interés primario es el bienestar de nuestra gente, nuestro pueblo y nuestro medio ambiente. Te Wharepora Hou apunta a ofrecer una perspectiva desde las mujeres sobre las cuestiones en las que sentimos que nuestra visión, nuestro punto de vista, es a menudo marginalizado.
Soy sólo una mujer maorí usando mi voz y celebro las múltiples perspectivas que existen entre nosotras como tangata whenua. Las opiniones que ofrezco son las mías propias. Aún así, tengo la esperanza de reflexionar sobre mi aprendizaje y en colaboración con la fortaleza de aquellos alrededor mío.
La “lucha” para mí trata sobre nosotros, como seres humanos que necesitan cuidarse más unos a otros, así como cuidar nuestro planeta. Los lentes que filtran mis aspiraciones son definitiva y claramente indígenas. Es un lente que me ve clamar primera y esencialmente por mi identidad como mujer maorí y como madre.
¿Podrías hablar sobre del verdadero nombre de tu tierra, comúnmente conocida como Nueva Zelanda?
No soy una experta en la lengua de mi madre, así que estoy aún aprendiendo acerca de los orígenes de los nombres también. El nombre Aoteraoa es usado comúnmente como el nombre maorí de Nueva Zelanda. Una traducción posible de Aoteraoa es “tierra de la larga nube blanca”. Aún así, no estoy segura de los orígenes de la palabra Aoteraoa en sí misma. Algunos dicen que era el nombre de la isla del norte solamente. También hay quienes sugieren que el uso de Aoteraoa en referencia a la totalidad de nuestra tierra sucedió en los tiempos de post-colonización. Tenemos otros nombres originales para nuestra isla sur, también llamada Te Waipounamu (las aguas de la piedra verde) o Te Waka o Maui (la canoa de Maui) y la isla norte también es conocida como Te Ika a Maui (el Pez de Maui).
¿Podrías compartir un poco sobre tu escrito sobre la “revolución real” y la relación de tu pueblo con ella?
Nuestro grupo de mujeres Te Wharepora Hou produjo algunos artículos y escritos acerca del movimiento Ocupa. El movimiento Ocupa ha visto a ciudades alrededor del mundo levantarse contra el opresivo capitalismo neoliberal, lo que me motivó profundamente, así que escribí un texto sobre “Cómo debería verse una verdadera revolución” afirmando lo que yo pienso que podría ser una gran revolución para la humanidad. Propongo que todos nos beneficiaríamos si el resto del movimiento reconociera primariamente que están peleando por lo que los pueblos indígenas han estado peleando por siglos. Si se falla en poner esta cuestión al comienzo, en el principio mismo, habría una brecha en el análisis del movimiento que llevaría a una continuación del status quo. Es importante para mí llamar al movimiento a recordar al imperialismo colonial que ha destruido pueblos y sus estructuras saludables, y no sólo pueblos indígenas, alrededor del mundo. Esta destrucción se ha desplegado ahora hasta un punto de ruptura, afectando a muchísima gente y amenazando seriamente la sustentabilidad de nuestro planeta
¿Cómo influye esta perspectiva tuya en otra gente, otros pueblos y en las luchas de otros pueblos originarios?
Muchas de estas perspectivas “mías” están haciendo eco con lo que otros han estado diciendo y haciendo desde siempre. Mucha gente ha estado haciendo este trabajo durante toda su vida, así que yo sólo estoy diciendo cómo voy a jugar mi parte y contribuir a esto. Yo misma he despertado hace relativamente poco y me he vuelto consiente de cómo el ambiente político ha impactado en la totalidad de mi vida. No es necesario decir que cuando elijes tomar parte en una plataforma pública y hablar abiertamente de estas cosas, eres de inmediato blanco de ataques y críticas. Nunca estaré cómoda con esa parte del hablar abiertamente, pero estoy aprendiendo a dejar que ello sea una herramienta de reflexión para un desarrollo sostenido de esta visión.
Ha habido claramente apoyo y resonancia surgiendo de la retroalimentación, también. Esa afirmación es esencial para saber si los mensajes que lanzamos están en el buen rumbo o necesitan ser refinados. He aprendido que hablar clara y abiertamente en el ámbito público no es para cualquier persona. Esto es sólo un pequeño modo más de contribuir a un continuo proceso de concientización para nuestro pueblo. El construir un perfil para poder lanzar mensajes, es lo más difícil de hacer. Alrededor del mundo, la voz de las mujeres indígenas, aunque siempre ha sido fuerte, no ha sido la voz a la que los medios han priorizado y dado espacio.
Hablo en términos de las luchas de la gente común, ya que un objetivo personal mío es que la “gente común” sea siempre vista como relevante. Y es al trabajo y a las luchas de la “gente común” a la que espero darle una plataforma nueva de expresión. Por ejemplo, a menudo subrayo el trabajo de algunas mujeres ancianas de mi barrio, que forman relaciones con esas familias que podríamos considerar las mas difíciles de contactar y unir a las luchas de las que estamos hablando. El enfoque de ellas para apoyar a las familias a pararse sobre sus propios pies, es una práctica enorme e importante. Personalmente no me considero suficientemente preparada o habilidosa para hacer ese trabajo. Pero puedo con facilidad hablar de esto a una audiencia más extensa y compartir las historias exitosas, y usar sus aprendizajes para hacer surgir el debate. Una plataforma pública, cuando es usada de este modo, puede resonar ampliamente en la “gente común”.
¿Cómo está tratando tu pueblo con las comunicaciones en esta era cibernética?
Yo pienso que los maoríes siempre hemos sido un pueblo lleno de recursos. Hemos abrazado la tecnología que está frente a nosotros en muchos modos, adaptándola a nuestras necesidades y desarrollándola con nuestros diversos talentos. Todavía está la cuestión de la batalla continua para contrarrestar a los medios dominantes y lo que ellos ofrecen. Los reportes prejuiciosos y malintencionados han hecho mucho daño a nuestro pueblo y han generado un debate mal informado. Pero al mismo tiempo hemos establecido nuestros propios medios de comunicación y estamos constantemente buscando modos de expandir el alcance de nuestros mensajes.
Sobre tu interés e involucramiento en la poesía, ¿qué papel juega ésta como herramienta de liberación?
Cuando una lengua materna es tan poética y sexy como la lengua maorí lo es, se tiene naturalmente el don de la poesía, que corre libremente a través de nosotros. La poesía es una de las múltiples herramientas que estamos abiertos a utilizar. Aunque sólo estoy comenzando a explorarla recientemente, estoy siendo inspirada por poetas alrededor del mundo y ciertamente por poetas y poetisas maoríes. Cuando leo una pieza de poesía inspiradora, puede ser políticamente motivante en modos en los que otros escritos pueden no serlo para mí. Es allí donde la poesía tiene la habilidad de conectarnos e iluminarnos frente al camino que tenemos adelante.
¿Cómo la pobreza y el desempleo están afectando a las familias y específicamente a las mujeres? ¿Cuál es el rol de las mujeres maoríes en la política tradicional?
La pobreza y el desempleo siempre han impactado más fuertemente sobre las mujeres maoríes. Estamos representadas en forma muy desproporcionada en las estadísticas, las cuales dicen que somos las más pobres, las más desempleadas, las más enfermas, las que sufrimos la mayor parte de la violencia doméstica. El modo en que esa información se usa para aumentar el déficit, es otro punto a tratar, cuando las políticas neoliberales regresivas se arrojan sobre esto, son nuestras mujeres, y por lo tanto nuestras familias, las que sufren más. Éste ha sido el caso desde que las políticas liberales se impusieron en nuestra tierra en los años ochenta.
Nuestro compromiso como mujeres maoríes en los campos de la “política tradicional” también ha estado evolucionando. Siempre he dicho que nuestro propui hapu y whanau necesitan reflexionar sobre qué parte de nuestras tikanga (costumbres) son auténticas frente a nuestro estatus como mujeres maoríes. Tenemos que interrogarnos con preguntas duras acerca de nosotras mismas, acerca de qué partes de nuestras costumbres han sido colonizadas en modos que aún no percibimos. Qué partes de nuestras propias costumbres deben evolucionar, de modo en que puedan proteger nuestros principios, pero de un modo que funcione bien para nosotras.
No hay negación del rol de la mujer maorí a través de nuestra historia y la historia de mi pueblo hasta el día de hoy. Hemos sido y somos líderes en todas las áreas de la vida y continuamos incrementando nuestra representación en todos los niveles posibles. Pero el afirmar firmemente nuestros roles, tanto en la sociedad moderna como en la maorí post-colonial ha sido y es un desafío importante. Y de allí la sobre representación en las estadísticas negativas que mencione anteriormente.
Esto también significa que las mujeres maoríes, colectivamente, tienen más barreras con las que tratar en el proceso de alcanzar nuestro pleno potencial como miembros y líderes de nuestras whanau. Hemos estado haciendo un trabajo excelente en todos los frentes, a pesar de todos estos desafíos y retos. Pero también tenemos que estar muy ocupadas en aquellos whanau que no lo están haciendo muy bien, y todas tenemos que comprender las dinámicas complejas que contribuyen a esas disfunciones.
¿Podías hablar sobre el rol de los guardianes de las tierras originarias en las que ustedes viven?
Ésta es la lucha fundamental de nuestro país. Hay una gran falta de balance en el poder. Los maoríes no creen que nuestros ancestros nos visualizaron perdiendo la guardia de nuestras tierras, en el modo en que nos ha sucedido. La historia de la gente y pueblo de tuhoe es una de las antorchas que pasan a través de la historia de la colonización opresiva. A los tuhoe siempre les han negado su autonomía. Su relación antigua con las tierras tradicionales ha sido minada a través de la injusta confiscación de sus tierras por la corona. Su resistencia permanente a las resoluciones y acciones de la corona se ha encontrado siempre frente a más atrocidades.
Los gobiernos sucesivos continúan subyugando el autodesarrollo y autodeterminación del pueblo tuhoe, y nuestra infraestructura continúa reafirmando esa falta de balance del poder. Lo peor es que niega a la totalidad del país la oportunidad de aprender qué beneficios podrían surgir de esto para todos nosotros, a partir de reconocer la soberanía con pleno derecho del pueblo tuhoe. La conexión con sus territorios originales, su hogar, trae con esto un conocimiento especializado para la supervivencia y lo sostenible, planteado en un entorno “duro”.
Mientras la especie humana mira más y más hacia una sustentabilidad a largo plazo, haríamos muy bien en honrar las experiencias de los pueblos como los ngai tuhoe, que están viviendo como ngai tuhoe en sus propias tierras.
En modos diferentes, pero con el mismo principio subyacente de falta de balance en el poder, esta misma historia puede hacer ecos alrededor de todas las tierras de Aotearoa.
¿Puedes hablar sobre el acta de asentamiento Te Rarawa? ¿Crees que ahora sí puede comenzar un proceso de consulta o ratificación?
La gente de Te Rarawa, en el norte más lejano, es uno de los grupos de pueblos a los que pertenezco. El Te Rarawa Deed of Settlement apunta a ser un acuerdo pleno y comprensivo frente a las atrocidades cometidas por la corona hacia los pueblos de Te Aupouri y Te Rarawa iwi. El acta de acuerdo expresa cómo las nuevas situaciones tomarán lugar e incluye cosas la petición de perdón de parte de la corona, apoyo financiero y acuerdos de gobierno y administración. Este acuerdo está ahora en proceso de ser ratificado y aceptado por el pueblo de la tierra. Algunos de nuestros pueblos han peleado un largo tiempo y han trabajado sin descanso para realizar un acuerdo tan justo como sea posible. El desafío de producir algo aceptable es muy grande porque la justicia auténtica nunca será lograda. Muchas de nuestras tierras iwi nunca serán devueltas y los impactos negativos sobre un pueblo, perdiendo su base cultural, espiritual, económica y social han sido sencillamente devastadores. Tales impactos pueden tardar varias generaciones en ser corregidos.
Sin tomar en cuenta lo que el acta vaya a involucrar, yo siempre me siento entristecida por las acciones terribles que sucedieron en primer lugar. Desde las acciones iniciales de la corona, que siguieron a una masacre, en un proceso muy sucio. Nuestra propia gente se ataca unos a otros a través de la semántica de cualquier acuerdo, y los pequeños grupos iwi de gente se sienten dejados de lado frente a los intereses de los grupos más grandes. Nuestro modo ancestral de agruparnos ha sido destruido por la urbanización y el desafío de comprometer en esto a todos los descendientes es inmenso. A menudo un “mandato” con un voto final puede significar en realidad y al final, menos del 25 por ciento del resultado de los votantes. Como una participante y votante en tres procesos de reclamo iwi (Ngāpuhi, Te Rarawa y Ngatiporou) me he sentido presionada cada vez, entre aceptar un acta que nunca se acercaría a una justicia real, mientras al mismo tiempo estaba convencida que probablemente seria el mejor acuerdo que podría lograr.
Me encantaría ver resultados positivos surgir de cada acuerdo que continúe siendo negociado. Aún así no creo personalmente que podamos hacer descansar nuestra esperanza o nuestros laureles sobre tales acuerdos. Sería hermoso ver nuestra base económica establecida, y el balance de poder restablecido, pero cualquier acuerdo es sólo el comienzo de mayores acuerdos posibles. Ejemplos de nuestra gente ejerciendo su cuidado por las tierras y aguas, de hecho ya ofrecen aliento frente a la posibilidad de nosotros volviendo a tener nuestro estatus como gente de la tierra. Esto ha sucedido a menudo frente a estructuras de poder hostiles. El remover esa hostilidad sería un logro de largo alcance y sería algo bueno a largo plazo, en relación a beneficiar a la totalidad de nuestra nación.
¿Cuál es tu visión sobre el “amamantamiento”, y sobre los llamados “niños vulnerables”? ¿Cuáles son los pasos necesarios para crear un espacio seguro para las wahine?
No existe una visión única de nuestro pueblo. Yo sólo puedo ofrecer mi propia visión y al mismo tiempo reclamar fuertemente mi identidad como mujer maorí.
La resistencia al capitalismo neoliberal es un movimiento que he apoyado en principio. Mi propio involucramiento con el movimiento Ocupa en Aotearoa ha sido específicamente direccionado a comprometer los corazones y las mentes de ese movimiento con la necesidad de descolonizarlo, la necesidad de descolonizar Ocupa, y por lo tanto la necesidad de descolonizar el planeta.
He hablado acerca de descolonizarnos a nosotros mismos como humanos, y acerca de restaurar nuestros valores humanos, de cuidarnos unos a otros y a la tierra colectivamente. He hablado también de cómo el movimiento Ocupa debe reconocer primariamente que se ha dirigido a “ocupar” tierras que ya han sido robadas hace tiempo. He pedido que haya un análisis más profundo, allí donde recordamos que estas tierras han sido arrebatadas de los pueblos indígenas por las mismas fuerzas a las que este movimiento se está oponiendo. Hay gente indígena en cada lugar en donde este movimiento ha estado sucediendo, y están haciendo como siempre un llamado a la responsabilidad por estos hechos y a su reconocimiento. En Aotearoa algunos de nosotros seguimos manteniendo este mensaje de un modo frontal.
He tratado de hacer surgir conciencia dentro del movimiento Ocupa, conciencia frente a las diferentes luchas que mi pueblo enfrenta a lo largo del país. Yo creo que sería un gran beneficio para los no indígenas el comprender cómo ellos se han estado beneficiando por el imperialismo colonial que se ha esparcido alrededor del mundo. Si más y más gente puede estar detrás de las luchas de los grupos iwi y comenzar una real solidaridad en la práctica concreta, creo que seremos capaces de derrotar las fuerzas que actúan en modo progresivo y colonial alrededor del mundo.
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