(Gentileza ´Raynaldo Mariqueo)
Para el Werken Mapuche (enviado especial o emisario) Víctor Ancalaf Llaupe, ex preso político mapuche, el camino a su libertad ha sido largo, traumático y difícil, desde su injusta detención en 2002 en virtud de la Ley Antiterrorista del Estado Chileno, que lo condenó a diez años y un día, más tarde su condena le fue reducida por un tribunal de apelaciones a cinco años y un día.
Foto: Victor Ancalaf presenta su testimonio ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU
Su detención se produjo como consecuencia de acusaciones falsas formuladas contra él, por un crimen que no cometió, acusaciones presentadas ante el tribunal por testigos anónimos, practicas utilizadas para los llamados "crímenes terroristas", utilizadas contra aquellos mapuche que luchan por la recuperación del territorio ancestral de de la nación mapuche.
El testimonio personal de Víctor Ancalaf, presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en presencia del Embajador de Chile Sr. Carlos Portales, el martes 22 de septiembre de este año, representaba para él, el tan esperado momento en el que finalmente le fue posible comunicar a la comunidad internacional su experiencia de la brutal represión que fue objeto de manos del Estado chileno, al mismo tiempo que confrontar públicamente a los responsables de tal abuso.
Posteriormente y como le es característico, el Estado de Chile no hizo referencia directa a las declaraciones del Werken Ancalaf, claramente prefieren evitar la vergüenza pública, con la que se enfrentan en este foro internacional.
El Werken Ancalaf, acuso a los representantes del gobierno, de violar el debido proceso, situación que permitió que la justicia chilena subsecuentemente pasara una sentencia injusta.
Posteriormente, Danielle Mitterrand, esposa del ex presidente francés Francois Mitterrand y presidente de la organización francesa de los derechos humanos, Fundación Mitterrand, France Liberté, también se hizo eco de este problema. La Sra. Mitterrand ha condenado vehementemente al Estado Chileno por aplicar cruel e injustamente la Ley Antiterrorista en contra de los manifestantes mapuches y por la criminalización de su derecho a la libre expresión.
Informó al Consejo de Derechos Humanos que durante su reciente visita a Chile, ella misma había sido testigo de la represión sistemática y brutal, impuesta contra el pueblo mapuche en su lucha legítima por la recuperación de sus tierras ancestrales.
El Werken Ancalaf involuntariamente ha sacrificado gran parte de su trayectoria, alterado por el curso que le impuso el Estado de Chile, como resultado de su experiencia directa de haber vivido los efectos judiciales del indebido proceso, típico de la justicia chilena que les aplica a las comunidades mapuche y sus dirigentes. Desde entonces, ha dedicado su vida como un portavoz (Werken) elegido por su comunidad a fin de exigir justicia y por el respeto de los derechos civiles, políticos y democráticos y, por la autodeterminación de su pueblo.
Es realmente lamentable que la dolorosa situación personal del Werken Ancalaf no haya terminado con la recuperación de su libertad en 2007. A raíz de un anuncio público recientemente en una Radio Chilena, hecho por un grupo paramilitar de extrema derecha, afiliado a los terratenientes locales, en la que declararon su intención con efecto inmediato, de asesinar a un número importante de destacados dirigente mapuche (entre ellos Ancalaf).
Ancalaf, ahora tiene que vivir el resto de su vida bajo la sombra constante de esta amenaza intimidatoria.
Además, durante su reciente gira por Europa y a la conclusión de su participación en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, su familia fue amedrentada en su propia casa por individuos desconocidos que amenazaron de muerte a sus hijos. Para el Werken Ancalaf no hay ni habrá protección policial, en contraste con la protección que reciben los terratenientes chilenos, cuando dicen estar bajo amenazas de ataque, quienes disfrutan las 24 horas del día de protección por los servicios de seguridad chileno.
Mientras que Ancalaf se ve obligado a soportar una vida de constante temor e intimidación, el gobierno chileno, lejos de proveerle protección y seguridad a la familia Ancalaf, desde su liberación los servicios de inteligencia han monitoreado permanentemente sus movimientos.
Para el Werken Ancalaf, la vida pacífica y normal de un hombre de familia mapuche de una comunidad rural que el disfrutaba, se convirtió, sin saberlo, en un sueño lejano. Impulsado por la realidad incierta de la política nacional e internacional, elegido al azar como figuras de ajedrez, en el prolongado juego del Estado Chileno enfocado a ganar la tierra y recursos que tan desesperadamente y sin piedad persiguen, utilizando para ello cualquier medio necesario que este a su alcance. Para Ancalaf, su familia y la nación mapuche es un juego que no puede permitirse perder, al hacerlo, pierde su propia existencia y para Víctor Ancalaf, tal vez en última instancia, su vida y la libertad.
(*) Vice Secretaria, Enlace Mapuche Internacional
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